Nuestro entorno

Breve historia

Muros es un destino apacible que se encuentra en un paraje natural excepcional, en la zona más septentrional de las conocidas Rías Baixas y en plena Costa Da Morte. El pueblo cuanta con la distinción de ser Conjunto Histórico Artístico. La historia de la villa de Muros comienza hace ya mucho tiempo, posiblemente alrededor del siglo X. El primer documento que prueba su existencia como villa pertenece al año 1286, aunque es posible que este lugar ya estuviese habitado en siglos anteriores, como lo demuestran los importantes restos prehistóricos diseminados por todo el municipio (gran cantidad de castros, restos de calzadas romanas y numerosas estaciones de arte rupestre, entre los que destacan por su singular belleza y calidad de factura los petroglifos de Louro y Serres).​ Pasado el tiempo esta pequeña villa fue ganando en importancia y por tal motivo en el año 1520 fue circundada por una muralla de entre tres y cuatro metros de grosor que alcanzaba los siete metros de altura, y que dividía a la población en dos barrios perfectamente delimitados: el dela Cerca y el de la Xesta. Su puerto, de gran tradición, cuna de marineros ilustres, es ya desde el siglo XV considerado como uno de los mejores de Galicia e incluso es así denominado por el rey de Castilla Juan II, que además lo habilitó para exportar e importar. La historia de Muros no se puede desligar pues de la importancia comercial de su puerto y del mar y esta combinación cobra más importancia aún si cabe con la llegada del siglo XIX. A este momento se circunscribe la presencia en la villa de empresarios catalanes que se instalan en Muros para inaugurar, tanto en el núcleo como en las parroquias que dan al mar, toda una serie de fábricas de salazón (más de treinta de sardina y arenque fundamentalmente) que marcaron tanto la vida laboral de este pueblo como su fisonomía, pues la tipología característica de estas factorías junto a los muchos astilleros que funcionaron también aquí contribuyeron a acentuar el aspecto pintoresco y evocador de esta población marinera.

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VILLA HISTÓRICA

- Visita al casco antiguo de su núcleo urbano. - La iglesia parroquial de Muros, que data de los siglos XIV y XV, de estilo gótico gallego. - La iglesia parroquial de Esteiro, que data de los siglos XVII y XVIII, de estilo neoclásico en su estructura general. - La iglesia de Torea, del siglo XVI. - Visita del antiguo edificio del Cine París. - El edificio del Mercado de Abastos Municipal, muestra de la arquitectura civil, que se encuentra en la confluencia de la calle Real y la calle Axesta. - Petroglifos de Louro y Serres.

NATURALEZA

Las playas de aguas cristalinas y finísima arena, en muchos casos casi vírgenes, se suceden pues a lo largo de la línea costera comenzando por el este con la ensenada de Esteiro, Tal, Abelleira, Serres, Muros y Louro, siendo las de San Francisco y la del Ancoradoiro las más concurridas del municipio. Pero no podemos olvidar la playa de ​Carnota, en el municipio limítrofe del mismo nombre, siete kilómetros de arenal (la más grande de Galicia). Un espacio privilegiado desde el punto de vista paisajístico es el conformado por el Monte Louro y la Laguna de Xalfas, que se localiza en la parte exterior de la vertiente norte de la ría y que está declarado espacio de interés natural. Otro lugar capaz de provocar la admiración es el que está conformado por la Isla da Creba, en Esteiro.

BONUS

Monte Pindo: el monte Pindo sigue siendo uno de los lugares de la zona preferidos por montañeros y senderistas que tratan de encumbrar sus 620 metros de altura, dese donde las vistas son increíbles. Fervenza do Ézaro: tomando la carretera AC-400, a unos 20 kilómetros de Muros, en Dumbría, encontramos la localidad de Ézaro, famosa por albergar como su mayor tesoro la fervenza do Xallas. El Xallas: es el único río europeo que desemboca directamente en el mar en forma de una espectacular cascada. Los fines de semana de verano, se ilumina de noche.